“Salud y Neurodivergencia desde una Cosmovisión Indígena: Un Diálogo con la Tecnología” es el nombre de la iniciativa que responde al desafío crítico como es la aplicación de metodologías psicoeducativas y diagnósticas monoculturales y eurocéntricas en niños y niñas de pueblos originarios.
Iniciando una colaboración con mirada de futuro en torno a la investigación aplicada y la innovación entre la Universidad de La Frontera y la Universidad Tecnológica de Auckland de Nueva Zelanda, es que surge el primer proyecto del Fondo Conjunto de Innovación entre ambas universidades.
Este es el resultado inicial de una colaboración internacional con altas expectativas y que abordará con este proyecto un tema de interés intercultural, que es, la salud y neurodivergencia indígena desde la cosmovisión de las culturas y de los pueblos indígenas: maorí, aymara y mapuche.
Hablamos de una iniciativa inter y transdiciplinaria que une a equipos de investigación de Nueva Zelanda y Chile. La Dra. Hazel Abraham de la Escuela de Ingeniería, Informática y Ciencias Matemáticas de la Universidad Tecnológica de Auckland y Carolina Orellana del Departamento de Salud Mental y Psiquiatría de la Facultad de Medicina de la Universidad de La Frontera.
Participarán también por esta casa de estudios, las investigadoras Karina Sandoval de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Empresariales y Bélgica Vásquez de la Facultad de Medicina, Dra. Ania Cravero y Dr. Carlos Cares del Departamento de Ciencias de la Computación e Informática de la Facultad de Ingeniería y Ciencias. También se suma el Tecnológico de Monterrey en apoyos específicos de la experiencia del conocimiento de la cultura maya, en una propuesta que resulta innovadora al aplicar metodologías psicoeducativas y diagnósticas para niños y niñas indígenas, desde perspectivas monoculturales, eurocéntricas y urbanas.
NEURODIVERGENCIA INDÍGENA
El problema que se ha dado hasta ahora radica en la forma en que se está diagnosticando la neurodivergencia. Prácticas que ignoran los marcos culturales como el kimeltuwün (lugar de enseñanza) y tienden a patologizar las diferencias legítimas. La falta de formación intercultural entre los profesionales refuerza la percepción de “déficit” donde existen diferencias culturales.
“Percibimos que hay un problema -principalmente en Chile- que es cuando las personas son diagnosticadas con alguna neurodivergencia, también son diagnosticada con un déficit cognitivo”, afirma la directora del proyecto Carolina Orellana del Departamento de Salud Mental y Psiquiatría UFRO.
Con este proyecto “estamos apostamos -desde lo que hemos venido estudiando- de que no se trata de una discapacidad cognitiva, lo que sucede es un “no entendimiento” respecto de lo que está ocurriendo culturalmente en una persona indígena o de pueblos originarios y esta problemática es necesaria de conceptualizar”, explica.
A su vez, la investigadora, Karina Sandoval del Departamento de Administración y Economía de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Empresariales afirma que el objetivo está puesto “en ampliar el estudio y el análisis en las tres comunidades – maorí, aymara y mapuche- y lograr la co-creación de instrumentos comunes para que esta tecnología sea un prototipo que tenga validación y nos permita conectar las culturas”.
Al lograr precisar como la cosmovisión se detalla en aspectos evidentes -por ejemplo- de cómo se están interpretando desde la sabiduría ancestral aspectos de la neurodivergencia, las investigadoras quieren poner a disposición pública esta información crucial, que permita incorporar la evidencia en pautas de evaluación que se hacen en ámbitos de salud y educación para pueblos originarios.
Y de esta manera entregar a los tomadores de decisiones y a los agentes de salud y educación una solución centrada en el co-diseño, implementación y validación de una metodología participativa para la adaptación y evaluación de tecnologías digitales diseñadas para la salud comunitaria, apoyo social y educación en contextos rurales e indígenas.
Para la directora de Innovación y Transferencia Tecnológica UFRO, Dra. Paola Durán, esta es “una oportunidad muy valiosa para recoger antecedentes pertinentes y necesarios para que nuestra investigación aplicada siga diversificándose en temáticas de interés, a la vez que nos permite colaborar con instituciones de prestigio y que poseen líneas de investigación de madurez, de las cuales podemos aprender”.