Profesional de la Autónoma entrega consejos para el regreso a clases

    Así lo señaló Ana de Lucas Collar, docente de la carrera de Sicología de la Universidad Autónoma de Chile, al referirse a cómo enfrentar el regreso a clases.

    A su juicio, lo primero es plantear el regreso a clases como algo positivo y muy importante. “No repetir constantemente ‘lo difícil’ que es volver a trabajar y comenzar la rutina del curso, no hacerlo tampoco a través de comunicación no verbal como expresiones faciales ni tampoco hacer referencias al escaso tiempo que duraron las  vacaciones. El niño va a hacer un símil con su vuelta al colegio”, puntualizó.

    Entre una semana y dos antes del comienzo del colegio, dijo, es recomendable conversar con los menores sobre la importancia del regreso al colegio y  con los más pequeños, demostrarles cómo es una oportunidad de aprender y hacerse grande.

    Todo esto, sin dejar de preguntar y escuchar sus temores, dudas, intereses y expectativas con mucha atención y orientarlas respetuosamente en todo momento.

    HORARIOS

    No es menos importante establecer y respetar –con al menos 5 días de antelación- los horarios para levantarse, dormirse, alimentarse, hacer tareas y jugar o entretenerse. Retomar hábitos como levantarse temprano, hacer tareas a la vuelta del colegio, jugar, merendar, cenar antes de las 20 horas y acostarse entre las 20 y 21 dependiendo de las edades.

    En este contexto es aconsejable apagar la televisión una hora antes de irse a dormir y realizar otra tarea más relajante como leer un cuento con los más pequeños.

    Según señaló la profesional, es importante responsabilizar a los niños sobre el cuidado de sus útiles escolares, el arreglo diario de sus uniformes o ropa de escuela, así como de la solución de sus tareas escolares para evitar el desorden que es causante de muchos problemas y tensiones familiares.

    Recomienda además hacer hincapié en la importancia del desayuno, supervisar bien ese momento del día que es el principal alimento que les permitirá concentrarse y aprender bien durante toda la mañana; salir a tiempo para evitar el tráfico y mostrarse alegres en todo momento; recoger lo ocurrido en la jornada escolar y conversar sobre lo que han hecho y a qué han jugado en el recreo, etcétera; y vigilar si durante los primeros días del colegio hay cambios de humor, si hay comportamientos que antes no se daban, si está especialmente sensible o retraído que puedan ser manifestaciones de algún problema no resuelto en la escuela o en su vida personal.

    ANSIEDAD

    Pero no cabe la menor duda que una de las cosas más complejas es controlar la ansiedad de los niños, especialmente de aquellos que entran por primera vez al colegio, y a juicio de la profesional de la Autónoma, hay que plantear el regreso a clases como algo muy positivo.

    “Conversar con los niños sobre el regreso al colegio y  con los más pequeños demostrarles cómo es una oportunidad de aprender, hacerse grande y sobre todo darle un sentido lúdico y de disfrute. La escuela debe ser un espacio de aprendizaje pero también de satisfacciones y juegos. Mostrarle al niño que esa parte también es el objetivo. Por lo tanto el modelaje de los padres también es importante”, acotó.

    En otros casos –dijo-, hay niños que muestran niveles de ansiedad inadecuados originados por otras causa ajenas a la escuela, en esos casos podemos decidirnos por otros profesionales (psicólogos o psiquiatras) o  consultar con nuestro  pediatra y si este lo cree adecuado derivarlos.

    SUEÑO

    Los niños más pequeños necesitan entre 10 y 12 horas de descanso diario. Según van creciendo, esas horas se reducen idealmente a diez horas de sueño y a partir de los 12 años entre ocho y diez. Por lo tanto, al final de las vacaciones hay que volver a acostar a los niños temprano y también despertarlos más temprano, no dejarlos dormir hasta tarde.

    Cinco días antes de comenzar el colegio acostar a los niños como a las 21 o 22 horas y levantarlos a las 9 de la mañana. De esta forma, para cuando llegue el primer día de colegio ya se han habituado. Si no se hace, así el primer día van a sentir cansancio y sueño, y no van a afrontar el día de la forma más positiva.

    Y para ayudar a los menores a “bajar las revoluciones”, la profesional aconseja no hacer deportes ni juegos muy activos después de las 19 horas.

    “Una hora antes de irse a la cama, apagar la televisión y mantener una rutina de dormir, despedirnos de nuestros familiares, ponerse el pijama en la habitación (no en la cocina o en la sala de estar), lavarse los dientes e idealmente hacer una actividad con la mamá o el papá (leer un cuento, contarnos que hicimos durante el día o qué expectativas tenemos de mañana). No jugar a la tablet o al celular dentro de la cama. Las condiciones físicas externas también son muy importantes, siempre en su habitación o en la de los papás, sin televisión, sin ruidos, luz tenue etcétera.