Vicerrector regional de la UM aborda situación de la cultura, las artes y el patrimonio en La Araucanía

    En el Teatro Municipal de Temuco se realizó la ceremonia de entrega de los Premios Regionales de Artes, Culturas y Patrimonio 2021, en la que la Seremi de las Culturas reconoció a destacados artistas y cultores regionales, a través del Programa de Fortalecimiento de la Identidad Cultural Regional.

    En un emotivo acto, las autoridades premiaron a los ganadores de las cinco categorías: Carlos Matus, artista joven; José Boggen, en gestión cultural; Alfredo Castillo, en creación con identidad; María Molina, mujer destacada: y Eduardo Inostroza en creación artística, todos creadores con una extensa trayectoria.

    A la ceremonia asistieron los seremis de las Culturas Enzo Cortesi, de Educación Edison Tropa y de Economía Gustavo La Micela, el director del Servicio del Patrimonio Cultural Roberto Concha, y los consejeros de las Culturas, entre ellos Gonzalo Verdugo, quien asumió este cargo en el año 2018.

    El vicerrector regional de la Universidad Mayor sede Temuco, celebró la reactivación de este reconocimiento, ya que “da luces de nuevos apoyos para la gestión cultural y el desarrollo del arte en la Región, atendiendo las dificultades que ha tenido el sector en estos últimos dos años”.

    Un periodo que ha sido tremendamente grave respecto a la situación económica-laboral en que se encuentran los artistas de la Región, por lo mismo “esta actividad que convocó a los nombres más importantes de La Araucanía es un hito que llena de esperanza en cuanto a lo que viene para el año 2022”, agregó la autoridad.

    Grandes desafíos

    Desde que asumió como consejero regional de las Culturas, el vicerrector Verdugo, junto a quienes integran el Consejo, ha enfrentado momentos difíciles, sin embargo, dichos escenarios han permitido innovar y aportar con creatividad en la búsqueda de nuevas metodologías para seguir desarrollando el arte de la Región.

    Y, también, para ir en apoyo de la actividad artística desde una mirada laboral. “El Consejo de las Culturas ha buscado ser lo más democrático posible en la distribución de los recursos que bajan desde el Ministerio y que en épocas de pandemia se ha visto con mayores dificultades”, añade.

    Frente a esto, revela, se han hecho esfuerzos mancomunados, en los que “se han diseñado distintas actividades y también eventos en los cuales se ha podido desarrollar el arte de la Región y también ha permitido conocer y aplicar nuevos medios de comunicación del arte, sobre todo orientado al mundo digital”.

    Esto se prevé como una oportunidad para poder llevar mucho más lejos el trabajo de los cultores del arte de la Región, que “en todas sus áreas tiene a exponentes de muy buena calidad, y que tienen muchos aportes para entregar respecto a esta necesidad tan importante que es la cultura para Chile”, indica el consejero regional.

    –¿Cuál es el potencial que tiene el desarrollo de las culturas, las artes y el patrimonio en la Región?

    –A partir de la mixtura presente en este territorio, la cultura en la Región de La Araucanía tiene un potencial infinito, un valor tremendamente importante dentro del patrimonio de nuestro país y del cono sur del planeta. Esto, a partir de la mixtura cultural que tenemos, en donde el pueblo mapuche, junto al legado de los colonos europeos, más la cultura chilena, han convivido y también compartido distintas experiencias y expresiones artísticas que hacen de este uno de los territorios más ricos en cultura de nuestro país.

    –En ese sentido, ¿qué cambios se deben generar de cara al futuro?

    –Hoy día debemos entender que la cultura para La Araucanía es un activo trascendental no solo desde lo social, sino también desde lo económico. Esa es la estrategia a seguir, incorporándolo a un ámbito del desarrollo sostenible, en el que lo social y la cultura forman parte importante, asumiendo de una vez por todas que en nuestro país la cultura tiene que ser mirada como una actividad económica, de desarrollo, la cual se liga muy fuertemente a la industria del turismo, del esparcimiento y la entretención y, también, de la educación, que es parte de las urgencias que tenemos para proyectar los valores que necesitamos como nación para los próximos 50 años.